La ingeniería de tejidos aplica conocimientos de biología, ingeniería y de materiales para poder recrear tejidos y órganos que sean similares a los que tenemos en los organismos vivos. Para ello, se necesitan materiales con capacidad de imitar los tejidos de nuestro cuerpo, células específicas de los tejidos o células madre y factores de crecimiento para poder conversar y organizar las células de forma similar a como se encuentra en el cuerpo.

Estos tejidos y órganos fabricados dentro del laboratorio pueden simular condiciones fisiológicas, es decir, la salud como una piel o un hígado. Como también podemos simular una patología (una enfermedad) como el desarrollo de un tumor en el laboratorio. Ambos tipos de modelos son muy útiles para comprender mejor la biología de los tejidos, así como para probar nuevos productos sin utilizar animales. Además, uno de los objetivos de la ingeniería de tejidos es poder tomar estos tejidos producidos en laboratorio para que estén disponibles como trasplantes en casos de necesidad por los seres vivos.

Han sido posibles importantes avances en las últimas décadas, como, por ejemplo, el uso de piel artificial para reducir y sustituir el uso de animales en pruebas de cosméticos. Aún así, continúan varias investigaciones en empresas y universidades para que podamos evolucionar estos modelos como, por ejemplo, agregando una forma de nutrición similar a nuestros vasos sanguíneos. Aún no está claro cuándo tendremos estos tejidos disponibles para los tratamientos con pacientes, ¡pero esto definitivamente sucederá en el futuro!